En lo general, pensaríamos que cuando hablamos de gobiernos democráticos todo es
color de rosa. La vida se asume como un permanente estado de bienestar pues la
popularidad, la aprobación y el apego a este sistema de representación
gubernamental es el más aprobado alrededor del mundo. No obstante, las
condiciones en las que se vive en una comunidad impactan directamente en la forma
en que se percibe el bienestar, subsecuentemente en como la democracia ha
impactado la vida en sociedad de los pueblos. No todo se ve como bienestar y no todo
es aprobación; aunque ese es el objetivo, muchos pueblos no conciben en la
democracia un gobierno “para y por el pueblo”.
Gobernar para todos no es una tarea para nada sencilla, mucho menos cuando
gobernar para todos se traduce en contemplar las necesidades de todos, escucharlos,
atenderlos, para después satisfacer necesidades que resultan incluso en extremo
individualistas. ¿Cómo consigue la democracia alcanzar la aprobación de una
sociedad pluricultural, pero, sobre todo, individualista?
En nuestro país, tal como sucede en el resto de las comunidades del mundo, la
democracia es la forma de gobierno que más aprobación ha logrado alcanzar entre
los ciudadanos. Sin embargo, la percepción que tenemos los mexicanos sobre esta
forma de gobierno se ha visto mermada por la desaprobación e inconformidad de una
fuerte proporción de la población en nuestra sociedad. Los temas que más generan
descontento en como percibimos a nuestro sistema democrático se resumen en:
• El nivel de pobreza que impera en nuestras comunidades.
• La desigualdad existente entre hombres, mujeres y grupos de minoría social.
• La corrupción que permea desde el ámbito privado hasta los distintos sectores de
gobierno y sus instituciones.
• La impunidad y la falta de rigor legal que afecta a nuestra población.
• La inseguridad que afecta la calidad de vida de la ciudadanía en todo el país.
Cabe destacar que estás problemáticas se asumen distintas dependiendo del grupo
generacional al que se pertenece, así como el nivel educativo, la cultura o la región en que se
vive. El Instituto Nacional Electoral a través de sus órganos es el encargado de medir,
monitorear y entender para crear los cambios pertinentes, la forma en que estamos
pensando los mexicanos, además de como estamos asumiendo que se debe vivir
democráticamente en el país. Por ejemplo: En México, cerca del 33 % de la población
considera que la democracia no es la forma más viable de gobierno, optando por gobiernos
militares o autoritarios como los más adecuados. Otro dato relevante es que entre más nivel
educativo se haya alcanzado, mayor será la inclinación que se tenga por la institución
democrática.
El INE a procesando los datos, analizándolos y entendiéndolos se ha dado cuenta además
que la democracia no se ve limitada al ejercicio del voto en las elecciones, tampoco a la
inclinación de las personas hacia una ideología partidista dentro de un periodo de campaña.
Se ha razonado que la democracia se percibe como un elemento garantizador de igualdad
entre personas; se asume que entre más democrático sea un país, más igualdad habrá en el
mismo.
Una vez abordado el tema de igualdad podemos entrar a plenitud en aquello que
corresponde a las mujeres. La democracia como forma de gobierno pretende que todos
seamos vistos como iguales, además de apelar por una serie de formas que garantizan que
todos tengamos acceso a las mismas oportunidades, asegurando equidad y justicia en el
sistema. Sin embargo, para las mujeres esto ha quedado distante de una realidad; se han
tenido que enfrentar a múltiples obstáculos legales, culturales y sociales en el proceso de
democratización.
Además, aún en la actualidad, se lucha con el fin de crear entornos más
equitativos respecto de la participación que tienen en nuestra vida política.
Entre las múltiples formas que existen para fortalecer la democracia se enlistan algunas que
impactan directamente en temas de mujeres, tales como:
• El respeto y apego a las leyes que no sólo se crean para generar terrenos más justos
para las mujeres, sino más equitativos.
• Que el gobierno no se limite a la adquisición de talento masculino, para que el
sistema funcione se deben incluir a las múltiples aristas que lo conforman, una de
ellas son las mujeres.
• Inclusión política y libertad de expresión como garantías palpables de igualdad. Las
mujeres quieren y deben participar en las actividades que promuevan el ejercicio de la
libertad de expresión como derecho universal, además de hacerse ver como figuras de
poder en terrenos políticos pues su capacidad no se ve mermada por su sexo.
• Legislaciones y lees más amplias, que no limiten ni las capacidades de las mujeres
ni la de las comunidades que conforman los grupos de minoría.
Ejercer una democracia donde la confianza, la libertad de expresión, el fomento a los derechos humanos, la inclusión de las mujeres y otros grupos de minoría, así como la creación de
ambientes más equitativos dentro y fuera del terreno político o las instituciones de gobierno
mejoraría enormemente la percepción que la ciudadanía tiene del proceso democrático en
México. Contemplar que tan solo un poco más del 50 % de la población en México considera
la democracia como la mejor forma de gobierno invita a las instituciones mexicanas a redoblar esfuerzos en aras de garantizar igualdad y bienestar para todos; las cuales son piedras
angulares en la vida democrática.